domingo, 28 de diciembre de 2008

El tiempo pasa

Ya se acerca un nuevo año, un año lleno de nuestros propósitos y deseos porque sea mejor que el que está terminando. Siempre, cada nuevo año pensamos igual, deseamos lo mismo: Que el Nuevo año sea diferente, mejor, más lleno de felicidad. Y así, el tiempo pasa.
¿El tiempo pasa? ¿O nosotros pasamos por el tiempo?
Este pensamiento me puso poética, mitológica, y pensé en Cronos, devorando a sus hijos, de ahí, pasé a pensar en Ulises, en su viaje pletórico de peligros, de victorias, de aventuras. Igual a la vida.
Venimos a este mundo solamente para iniciar –con el primer aliento de vida- nuestro viaje de regreso. Y en el trayecto, cual Ulises, y bajo la guía de Atenea, enfrentamos nuestras propias tormentas, cíclopes, lestrigones, conocemos Arpías, aceptamos los favores de Nausícaa, aunque a veces olvidemos que ella nos salvó. Nos asomamos al Hades, sin que sea nuestro tiempo de entrar, e imprudentemente, abrimos la bolsa que contiene todos los vientos y que nos fue regalada por Eolo, ocasionando que nuestro rumbo cambie, que volvamos a caminar lo ya andado, que cometamos errores. Pero lo solucionamos y aprendemos esa lección. Es parte de nuestro viaje por la vida.
Al final, en Ítaca, nos espera la paz, el amor, la dicha, es el regreso al Hogar. Unos llegan muy pronto; otros llegan ya muy ancianos. Sin importar si llegamos con el cabello cano, o con la piel tersa, siempre, al final del viaje, llevaremos lo aprendido, lo sentido, las acciones realizadas, el amor ofrecido y recibido.
Un nuevo año….. ¿qué Cirse convertirá en cerdos a quienes nos rodean? ¿Qué Polifemo se comerá nuestros sueños? ¿Qué Alcinoo ofrecerá una fiesta en nuestro obsequio? ¿Cuál Penelopea -sí, ese es su nombre- nos amará tanto como para tejer y destejer sueños, esperando por nosotros?
Un año más… Una nueva aventura… Nuevos propósitos, viejos sueños…
Lo importante, es saber que con cada batalla, con cada aventura, con cada victoria, habrá también una Gran Lección que aprender y que será nuestro bagaje, cuando finalmente, retornemos a Ítaca.
Mis deseos porque en este nuevo año se cumpla al menos uno de los grandes sueños de su corazón.

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