Hay situaciones que se presentan, sin que las busquemos, que nos sitúan entre dos bandos, justo en medio, recibiendo una cascada de opiniones de un lado y de otro. La mayoría de las veces, las opiniones son muy duras, reales, ficticias, de odio o de afecto. Estos bandos pueden ser muy diversos: Esposo y esposa, padre e hijo, empleado y jefe, amigo y amigo, hijo e hija, en fin, muchas y muy diferentes situaciones en las que estamos ahí, justo en medio, oyendo como despotrican los unos de los otros, con razón o sin ella y negados a encontrar una solución que satisfaga a todos.
Para quien está en medio, la situación es muy delicada, pues, dependiendo de lo que diga, puede terminar de destruir a ambos bandos, o puede conciliar.
¿Qué hacer?
Solamente lo que EL SENTIDO COMÚN indica: NO OPINE. Y de hacerlo, primero escuche las razones de ambos y luego emita su opinión, igual para ambas partes, objetivamente, sin pasiones, con sabiduría y buscando la reconciliación, no la destrucción, aunque crea que a USTED o a ELLOS le conviene esa separación.
Y muchísimos menos vaya corriendo , en la primera oportunidad que se le presente, a chismorrear con uno de los protagonistas del problema, acerca de todo lo que la otra persona ha dicho, y si lo hace porque ese es su "panita" recuerde decirle tooooooooodas la barbaridades que usted dijo también.
Cuando se está entre dos bandos, es muy difícil ser objetivo, pues dependiendo del grado de amistad que lo una con las otras personas, se parcializará hacia la de mayor peso en usted. Eso, es muy Humano. En estos casos, lo mejor es no opinar, escuchar y ya. Nada más. Hacer otra cosa fuera de esto, es ser HIPÓCRITA. No finja sentimientos que no siente. Si realmente a usted le importa un bledo el problema, dígalo. Pero no finja interés en una situación que ni le va ni le viene y en personas que para usted no son importantes. Y como dije antes, menos para ir a chismorrear y hablar mal de alguien que no se puede defender, porque no está presente.
Además, puede ser que los bandos en cuestión se reconcilien y entonces, será usted quien salga a relucir -cosechando su siembra, claro- y los antes enemigos, se cuenten las cosa que usted en su momento, dijo de cada uno de ellos. Aunque eso no le importe, quedaría muy mal parado. ¿No le parece?
Use su sentido común. No interfiera, sea objetivo y si va a opinar conozca las dos historias. Recuerde que en una discusión hay dos personas y LAS DOS tiene su parte de culpa y de razón S I E M P R E.
Dios guía nuestros pasos, acciones y palabras.
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