viernes, 16 de enero de 2009

LA AMISTAD.

Esto es algo que he querido escribir desde hace ya semanas, casi dos meses. No lo había hecho, pensando que escribirlo sería darle mucha importancia a algo, que teniéndola, en este caso no valía la pena. Pero esta mañana, me he despertado con el pensamiento puesto en escribirlo, y yo, generalmente, sigo mis intuiciones. ¿Por qué hacerlo hoy precisamente? Eso no lo sé.
Según el diccionario de la RAE, la amistad es: “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”
Como verán, puse en negrillas las palabras claves de la definición. Bueno, palabras claves para mi, que comparto totalmente esa definición ( y confesando que es la primera vez que busco la definición de amistad en el diccionario). Pero sé que muchas personas –o al menos una- no lo ve así.
Mi hija, con la sabiduría sencilla que da la juventud, dice que los novios pasan, pero los amigos quedan Y tiene razón. Los novios, los maridos, los amantes, los esposos, las parejas, todos los que componen ese grupo, pueden pasar, pero los amigos, los verdaderos amigos, siempre quedan.
Hay personas que creen que amistad es llamar por teléfono a horas inoportunas, invitarte hasta para que la acompañes al baño cuando tiene miedo de ir sola, decirte cuántos gramos rebajó de peso y cuántas decimas le subió o le bajo la tensión arterial, averiguarte con quien, para dónde y por qué vas a salir, decirte en la cara que “no opines pues tú no sabes de eso”, o cosa peores, pero….. a la hora de ser tú la que te atreves a preguntarle ¿Qué has hecho? o ¿Para dónde vas?, te insultan, te gritan, te llaman manipuladora emocional, controladora, metiche y te dicen con su cara muy lavada: “No me da la gana de que tú sepas lo que yo hago”, y muchísimo menos, contarte sus cosas, sus proyectos, sus planes, sus sueños, escudándose tras un: “es que fulana (nosotros) es pavosa”. Añadiendo que si uno les señala que esa persona que conocieron, no tiene buena vibra, es oscura o se le nota el engaño por los "cuentos extraños" que le ha dicho, se desequilibran y te dicen que eres una celosa, que solo quieres hacerle daño y te prohiben hasta pensar en la persona en cuestión. Luego, el tiempo te da la razón, pero eso no lo reconocen ¡ni muertas! Y se dicen y le dicen a todo el mundo –lo que es peor- que TÚ eres su gran amiga. Bueno, si eres su gran amiga. ELLA es lo que NO es amiga tuya. La cosa es que no es amiga de nadie.
Señores, señoras, eso no es amistad. Eso es el aprovechamiento de los sentimientos de otra persona en beneficio propio. Y generalmente, por no decir siempre, cuando en el panorama de la “amiga” aparece otra persona, con cuentos frescos y que no conozca o no recuerde los resabios, pues nos dan una patada por la espalda y de paso, hablan pestes de uno con la nueva adquisición y con las personas que son conocidos mutuos, olvidándose de las innumerables veces en que estuvimos allí, para sostenerlos y apoyarlos, cuando la vida los puso de rodillas, casi mordiendo el polvo, o cuando murió un ser querido, o cuando un familiar cercano pasó por un trance desagradable y doloroso, que repercutió en su vida. Eso no existió, nunca pasó… o sí, sí pasó, pero era nuestra obligación estar ahí, según su propio criterio.
¿A cambio de esto, recibimos algo? Pues déjenme decir que nunca debemos dar nada esperando recibir. Demos lo que nos apetezca dar, por el simple hecho de hacer el bien y de sentirnos bien. Pero, como seres humanos que somos, siempre vamos a esperar recibir algo. En este caso, lo menos que uno puede esperar recibir es GRATITUD. Y, la gratitud no es decir Gracias. Dar las gracias es parte de nuestra educación y modales.
La gratitud se demuestra.
Y mientras escribía, entendí por qué debía escribir esto: Para cerrar un ciclo, completar la Gestalt. Dar vuelta a la página.
Sí.
Yo, Gracias a Dios, tengo 5 amigos por quienes meto las manos en el fuego y que no me voy a quemar, y tengo 2 amigos que van en vías de lo mismo. Aparte de ellos, tengo muchos amigos más; pero amigos como estos, sólo estas 7 personas. La cosa es que durante 6 años y medio, pensé que eran 8. Pensé, creí, supuse y de paso, también metía las manos en el fuego por esta persona.... y se me achicharraron.
Una de mis amigas, una que conoce a esta persona, me dijo que yo tenía por ahí un complejito de redentora y es verdad. Parezco el Chapulín Colorado de los amigos.
Pero aquí la cosa es que me dolió mucho -y aun duele- ver que durante 6 años uno ha gastado energías, tiempo, palabras y muchas otras cosas, tratando de ayudar a alguien a quien considera amigo, y que cuando esta persona ya no lo necesita, pues le da una puñalada trapera y se va, diciendo, de paso, que "uno sólo las ayudaba para manipularlas emocionalmente" También es mi culpa, claro que sí. No puse límites y permití que me limitaran, o que me arrinconaran, mejor dicho, pues no permitirseme hablar sino del peso corporal y de la tensión arterial, es estar arrinconada. Vi -porque lo vi- que esta persona ha peleado con TODAS Y CADA UNA de las personas que ha tenido cerca: familiares, amigos y compañeros de trabajo, hasta con los mendigos en la calle, pelea. ¿No iba a pelear conmigo más tarde o más temprano? Creer que no lo haría fue vanidad u orgullo de mi parte. Aguantarle lo inaguantable, fue un inmenso error mio, no de ella. Craso error!!
Señores, señoras, revisen su concepto de amistad. Recuerden que es un afecto compartido. Compartido, bilateral, no unilateral. No es una amistad por el sistema de "trueque", claro que no. Pero un verdadero amigo, les va a dar lo mismo que ustedes dan sin necesidad de pedirlo.
Eso eso la amistad.
Ahora, cierro el ciclo. Finalmente, paso la página.
TE SUELTO Y TE DEJO IR.

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