sábado, 28 de febrero de 2009

Refranes populares

Nosotros los venezolanos, tenemos una manera de ser muy jovial, muy sencilla. De cualquier evento formamos una "guachafita" e inventamos un chiste, sin que esto signifique, claro está, que no nos tomamos la vida en serio y que no asumimos nuestras responsabilidades. Como en cualquier país, hay de todo. Pero somos Seres Humanos de primera, con calidad humana.
Pero, pensando en lo guachafiteros que somos, recordé los refranes. Hay personas que no pueden conversar sin meter por ahí unos cuantos refranes.
Y repasando en mi mente algunos de ellos, los analicé más detenidamente que de costumbre, dándome cuenta, nuevamente, que muchos son sólo el reflejo, la interpretación popular de las Leyes Universales.
Dime con quién andas y te diré quién eres. Ley de vibración.
La ley de vibración dice que atraemos a nuestro entorno, nuestro mundo, aquello que vibra con nuestra misma rata vibratoria, a nuestros iguales. Cuando esto no sucede (a veces pasa, sí ) esa persona o ambiente nos sienta mal, nos hace sentir incómodos, discutimos, no estamos de acuerdo, en dos palabras: No congeniamos. Entonces, la vida se encarga de separar esas vibraciones y cada quien sigue su camino por donde corresponde. Pero casi siempre compartimos nuestra vida, nuestro tiempo, con personas muy parecidas, llegando inclusive, a salir un día vestidos del mismo color, con atuendos similares sin habernos puesto de acuerdo.
Fíjense en quienes les rodean y adviertan que es así. No digo que sean idénticos, pero comparten la mayor parte de ideas, gustos, manera de ser, opiniones y hasta características de personalidad. Y en esto, nada tiene que ver la edad.
Ver la paja en el ojo ajeno y no la madera que tiene en el propio.
Este es uno de mis preferidos. En Psicología se le llama "Proyección" Cuántas veces nos dicen una acidez o un elogio y al mirar bien a la persona que lo profirió, nos damos cuenta que no somos nosotros, sino ella misma quien es así. Cuando alguien me sale con que Fulano, o Sutano, son Hipócritas, mentirosos, paranoides, Gays, neuróticos, manipuladores, rameras, y pare de contar, me doy cuenta de que realmente no están diciendo eso; lo que realmente deberían decir es: "Como yo soy una hipócrita y no puedo reconocerlo, mejor digo que lo eres tú; te uso de espejo." De un tiempo a esta parte me he dedicado a observar detenidamente la manera de expresarse de las personas que conozco, así, me doy cuenta de cómo son realmente y no me llevo sorpresas desagradables al escoger mis amistades.
Conocí hace tiempo a una mujer que de cada 10 personas que conocía, 9, para ella, eran gays. Me parecía raro y me molestaba la ligereza al juzgar, hasta que una amiga mía me dijo: Las personas que ven en cada esquina un gay, están en el closet y les da miedo confesárselo y salir de allí. Y, claro, enseguida pensé en el refrán y en esta persona. Y recordé que una amiga de ella, me dijo en algún momento de la vida que aquella era gay, cosa que ni creí, ni me importaba, pero.... juntando el refrán, su manera de juzgar y los comentarios de las amigas, pues, lo vi clarito. Entendí todo.
Por otro lado, conozco a una señora que cree que todo el mundo es bueno, y para ella, este es un "buen muchacho", aquella una "buena persona", el otro un "buen hombre" y resulta que la que es más buena que un pan es ella. Es generosa, amable, dulce, recta, honesta.
¿Yo? Yo soy idiota, gafa y hago "maldaítas" de vez en cuando. Yo sé cómo soy, y Gracias a Dios, no califico de ninguna manera a quienes me rodean, a menos..... que esté hablando con alguien sobre un tercero, echándole los cuentos, pues, y diga lo que vi. ¿Soy chismosa? Sí. Un poco. ¿Quién no lo es en mayor o menor medida?
Con la misma vara que mides serás medido. Ley de Causa y efecto.
Este refrán... me encanta!!!! Es mi preferido. ¿Por qué? Simplemente porque son las palabras que nos recuerdan que cualquier pensamiento, sentimiento, palabra o acción que efectuamos, digamos, pensemos o sintamos, hacia alguno de nuestros congéneres, nos será devuelto y multiplicado. Junto a este refrán hay varios que significan los mismo: Quien siembra vientos recoge tempestades, El que la hace la paga, Cosechas lo que siembras. Y lo que me gusta de ellos es que SON VERDAD, ASÍ SUCEDE REALMENTE. La Ley de causa y efecto dice que todas y cada una de las acciones que realicemos en esta vida, tendrá su premio o su castigo. Y NO es Dios quien castiga, Somos nosotros, con nuestros actos, quienes activamos la Ley e inclinamos la balanza a un lado o al otro. Nosotros decidimos y construimos nuestra vida.
Hay personas que creen que por no creer e la Ley, esta no los afectará. Otras creen en la leyes de una manera acomodaticia, es decir: Claro que funciona..... para ti; a mi no me afecta, para mi no: JAJAJA. Si un niño de un año nunca ha visto una fogata y un día ve una, y va, y le mete la mano, se va a quemar. Misma cosa pasa con la Leyes Universales.
Cualquier día hablaré sobre las Leyes Universales. Sobre todas ellas. Son 7. Por ahora sólo digo que, quien a buen árbol se arrima......
Por sus frutos los conocereís.

jueves, 26 de febrero de 2009

Olvidar

Que cosa tan maravillosa es "olvidar"!!!!
Hace ya varios días, conversaba esto con una amiga, y ella me decía que le gustaría poder olvidar completamente, como si el hecho acaecido o la persona, nunca hubieran existido. Para poder olvidar así, sólo la amnesia.
Pero sí se puede olvidar. No tan completamente, pero se puede.
En algunos casos, es más fácil, en otros, mas difícil, por supuesto. Para mi olvidar es evocar la persona o la situación en cuestión y darme cuenta que en mi mente se ven lejos, muy lejos. Y la sensación es muy agradable. Ya no hay dolor, ni odio, ni resentimiento, ni autoreproches, ni errores.... solamente la visión cada vez más lejana de lo sucedido y sentir que no hace daño. Y lo mejor es que con el olvido, viene el perdón. No sé bien que está primero: si perdonamos para poder olvidar, u olvidamos y luego perdonamos. El asunto es que una cosa va unida a la otra, y como se dice en matemáticas, el orden de los factores no altera el producto. Y el producto en este caso, es la paz interior.
En mi caso, he tenido que hacer trabajo interno y terapia floral para llegar a esto. Tal vez por eso lo he logrado rápidamente. Y eso me hace feliz. Tomar conciencia de nuestros logros, del aprender de las lecciones que la vida nos da, solo trae dicha y paz a nuestra vida. Y esto no quiere decir que cuando vea la Ley actuando, no me voy a sentir satisfecha. Soy un ser humano. Pero ya no es el pensamiento constante de querer ver la Ley actuando con rapidez. Y tampoco se trata de desear que no se dé el rebote de la ofensa. La Ley de Causa y Efecto, siempre actúa. Y esto escapa de nuestras manos, control y deseos, pues es una Ley Universal. Pero cuando veamos el efecto, podremos sentir compasión. No lástima. La lástima paraliza. Sólo compasión.
Y al evocar la situación, vemos que las personas involucradas, realmente no eran tan importantes y lo sucedido tampoco. Pero sucedió por algo y no se puede volver sobre los pasos, en algunos casos no se puede. Sería volver a situaciones iguales o peores. Y ahí es que está el aprendizaje.
Mi hermano me decía que cuando uno tiene un resentimiento con una persona, la mejor manera de saber si ya se ha perdonado, es recordarla, recordar situaciones, y si con algunas de ellas podemos sonreír, es que hemos perdonado.
Entonces, de ser cierto, aparte de haber olvidado, también he perdonado, y le doy Gracias a DIOS por esto.
De todos modos, lo que dice mi amiga es cierto: sería muy bueno tener un borrador mental y decir, "esto ya no lo quiero recordar, a este tampoco ni a esto. Y borrarlo."
Mientras eso sucede, hagan todo el esfuerzo por olvidar las ofensas, por sacar el rencor y el odio del corazón. La paz que esto nos trae, no tiene precio.
Dios está Vivo y presente en nuestros pensamientos y emociones.

martes, 10 de febrero de 2009

Efluvia......

Las efluvias, son masas de energías negativas que rodean nuestro planeta, nuestras ciudades y, nuestras vidas.
Esto es muy lamentable, claro que sí. Sin embargo, lo más grave es que las efluvias son producto de nuestras propias vibraciones, las hemos formado, alimentado y agrandado, nosotros mismos, cada uno de nosotros, usted, yo, aquel, TODOS.
¿Cómo? Pues con cada palabra, con cada pensamiento, con cada deseo, con cada acción negativa que realizamos, emanamos vibraciones negativas que van a nuestro espacio y buscan energías con las mismas características y ahí se pegan, engordando cada vez más la que ya flota a nuestro alrededor. La efluvia es como un gran peso que presiona a los elementales (Elementales son los seres que están encargados de los elementos de la naturaleza: Fuego: Salamandras; Agua: Ondinas, Aire: Elfos: Tierra: Gnomos.) y cuando la presión es demasiado intensa, los elementales se liberan y entonces.... hay deslizamientos de tierra, inundaciones, incendios, huracanes. ¿Por qué? Porque lo elementales son los únicos seres de Luz que no tienen libre albedrío y debe quedarse donde han sido ubicados, obedeciendo. Su única manera de descargarse de una manera armoniosa, es que los Humanos - sí, nosotros- les enviemos pensamientos de amor y de gratitud. Perece un cuento de hadas, ¿cierto? Pero es la Verdad. Es ASÍ.
¡Que horror! ¡Claro que sí! Es un horror....Y más horror es que toda esa efluvia busca a las personas que están en esa misma rata vibratoria y la refuerzan, y refuerzan
sus acciones y su posición.
¿Se han dado cuenta de que las cosas negativas que desean las personas, parece que llegaran más pronto que las buenas? Es por la efluvia. El deseo bueno sale con su carga de energía positiva y va buscando a quien le fue enviado. La cosa es que en su camino, se debe abrir paso por entre esta nube de energía negativa, que hace lo posible para que no pueda llegar. Por supuesto que sí llega, aunque a veces se demora. Esto se debe -el que siempre llegue lo bueno- a que siempre es más poderoso lo positivo que lo negativo.
Pero Dios es infinita misericordia y la LUZ, SIEMPRE es más poderosa que la oscuridad.
Un ejemplo práctico, o debería decir, un experimento: Si se pone una vela y se tapa con un fanal de papel celofán negro, va a tapar la luz; no se verá ni irradiará. Sin embargo, a los pocos minutos, el papel arderá por el calor de la llama, se derretirá y la LUZ llenará el espacio.
Es lo mismo.
Y después de este rodeo, a lo que quiero llegar:
Pensemos en una Venezuela, libre, próspera, democrática, donde los pobladores de ella, vivamos en ARMONÍA sin odios ni resentimientos. Pensemos que tenemos un presidente que realmente reactiva la economía, propicia la paz y habla sin impulsos y con inteligencia. Pensemos que tenemos un jefe de estado que RESPETA nuestra creencias e ideologías. No podemos continuar lanzando comida (los insultos y palabras y deseos de odio) a las efluvias que rodean a quien nos gobierna en este momento, porque SOLO ESTAMOS AUMENTANDO SU PODER. No digo que hablen bien de lo que no tiene por dónde hablar bien; eso sería mentir y eso también engordaría a la efluvia. Es simplemente, que cuando nos demos cuenta que estamos pensando una barbaridad del gobernante, nos vayamos al polo opuesto y pensemos algo maravilloso de nuestro país y de nuestra gente.
El domingo, todos debemos ir a votar. Con armonía. Pensando y sintiendo alegría, pues la LUZ siempre vence a la oscuridad. Yo voy a ir a votar y sé muy bien a quién NO le voy a dar mi voto.
Vaya usted también, pero feliz, sin presentimientos ni temores. El temor NO lo lleva a ninguna parte.
Dios y Su LUZ SIEMPRE vencen y están dentro de NOsotros.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Reconocer nuestros actos.

Reconocer nuestros actos, nuestros sentimientos y emociones, es el mejor síntoma de nuestra "salud mental"
Para poder reconocer si lo que hacemos es lo correcto o no, debemos conocernos, debemos apreciar en su justa medida nuestras virtudes y nuestros defectos, recordando siempre, que vivimos en una sociedad donde todo se desarrolla dentro de "limites de normalidad", sabiendo que hay ciertas acciones que son apoyadas o condenadas por todas las personas, y funcionan igual para todos. Pero hay situaciones muy personales, donde funcionamos dependiendo del ambiente donde hemos sido educados, nuestra personalidad y nuestras creencias. Esto es lo que debemos tener muy claro y donde debemos tomar conciencia de si el camino que tomamos es el correcto o no lo es.
Jesús, mi Maestro más amado dijo: " Por sus frutos los conocereis"
Y, por supuesto, ¡tenía toda la razón!
La manera más fácil y rápida de saber si están actuando de la manera correcta, para con ustedes mismos y los demás, es mirar a su alrededor y ver sus "frutos". Si la mayoría de ellos, son buenos, están en el camino correcto, y sólo deben revisar qué ha pasado con esos poquísimos que no lo son, tomando en cuenta, que a veces, el resultado final de una acción, aunque no nos guste, puede ser que sea lo mejor para nosotros y la otra parte involucrada. Si todo está perfecto... Lo felicito! Está a punto de ser beatificado! Dígame cómo lo logró. Pero si usted está rodeado de cosas negativas, de soledad, de enemistad, de pleitos .... ¡Cuidado! Algo está pasando y es urgente, prioritario, que se revise y vea cuál o cuáles creencias y actitudes lo mantienen así.
Pero lo primero que debe hacer es reconocer sus errores. Dejar el orgullo y la soberbia a un lado y reconocer que esa forma de actuar, no lo ha llevado hacia nada bueno. Esto es lo difícil de hacer: Reconocer que se ha estado equivocado toda la vida.
Y si usted está rodeado de cosas negativas, pero aun así cree con cada fibra de su ser que está haciéndo lo correcto...... pues..... ¿qué le puedo decir? Lo que le podría preguntar es que si de verdad cree que si de 100 personas que usted conoce, 99 no comparten su criterio y las aleja con su actitud, ¿Esas 99 personas están equivocadas y usted en lo correcto?
Yo siempre digo que si de 10 personas 9 me dicen que tengo la cara sucia, lo menos que puedo hacer es buscar un espejo para ver dónde está la mancha.
Reconocer, conocer, tomar conciencia, esas son las palabras claves para tener una vida más feliz.
Sin embrago, apartando esto, es importante dejar claro que cuando no hay una mediana salud mental, esta toma de conciencia no va a suceder, lamentablemente. Hay personas que viven en soledad, lo saben y les gusta. Hay otras que no saben por qué están solas y sufren, pero no hacen nada por salir de esa situación. También hay algunas que algunas veces, de entrada no aceptan lo que se les dice, pero luego reflexionan y reconocen que la otra persona tenía razón. Yo me encuentro entre estas últimas.
Amigos, hay que tomar conciencia. Repito: Mire a su alrededor y vea sus frutos. Y vea cuánto tiempo tuvo que luchar y que esperar para tener al menos uno que fuera bueno; y vea qué hizo, cómo actuó para perder lo único bueno que tenía.
Eso es salud mental.
Reflexionen.
El Amor de Dios vive en nuestros corazones.