Las efluvias, son masas de energías negativas que rodean nuestro planeta, nuestras ciudades y, nuestras vidas.
Esto es muy lamentable, claro que sí. Sin embargo, lo más grave es que las efluvias son producto de nuestras propias vibraciones, las hemos formado, alimentado y agrandado, nosotros mismos, cada uno de nosotros, usted, yo, aquel, TODOS.
¿Cómo? Pues con cada palabra, con cada pensamiento, con cada deseo, con cada acción negativa que realizamos, emanamos vibraciones negativas que van a nuestro espacio y buscan energías con las mismas características y ahí se pegan, engordando cada vez más la que ya flota a nuestro alrededor. La efluvia es como un gran peso que presiona a los elementales (Elementales son los seres que están encargados de los elementos de la naturaleza: Fuego: Salamandras; Agua: Ondinas, Aire: Elfos: Tierra: Gnomos.) y cuando la presión es demasiado intensa, los elementales se liberan y entonces.... hay deslizamientos de tierra, inundaciones, incendios, huracanes. ¿Por qué? Porque lo elementales son los únicos seres de Luz que no tienen libre albedrío y debe quedarse donde han sido ubicados, obedeciendo. Su única manera de descargarse de una manera armoniosa, es que los Humanos - sí, nosotros- les enviemos pensamientos de amor y de gratitud. Perece un cuento de hadas, ¿cierto? Pero es la Verdad. Es ASÍ.
¡Que horror! ¡Claro que sí! Es un horror....Y más horror es que toda esa efluvia busca a las personas que están en esa misma rata vibratoria y la refuerzan, y refuerzan
sus acciones y su posición.
¿Se han dado cuenta de que las cosas negativas que desean las personas, parece que llegaran más pronto que las buenas? Es por la efluvia. El deseo bueno sale con su carga de energía positiva y va buscando a quien le fue enviado. La cosa es que en su camino, se debe abrir paso por entre esta nube de energía negativa, que hace lo posible para que no pueda llegar. Por supuesto que sí llega, aunque a veces se demora. Esto se debe -el que siempre llegue lo bueno- a que siempre es más poderoso lo positivo que lo negativo.
Pero Dios es infinita misericordia y la LUZ, SIEMPRE es más poderosa que la oscuridad.
Un ejemplo práctico, o debería decir, un experimento: Si se pone una vela y se tapa con un fanal de papel celofán negro, va a tapar la luz; no se verá ni irradiará. Sin embargo, a los pocos minutos, el papel arderá por el calor de la llama, se derretirá y la LUZ llenará el espacio.
Es lo mismo.
Y después de este rodeo, a lo que quiero llegar:
Pensemos en una Venezuela, libre, próspera, democrática, donde los pobladores de ella, vivamos en ARMONÍA sin odios ni resentimientos. Pensemos que tenemos un presidente que realmente reactiva la economía, propicia la paz y habla sin impulsos y con inteligencia. Pensemos que tenemos un jefe de estado que RESPETA nuestra creencias e ideologías. No podemos continuar lanzando comida (los insultos y palabras y deseos de odio) a las efluvias que rodean a quien nos gobierna en este momento, porque SOLO ESTAMOS AUMENTANDO SU PODER. No digo que hablen bien de lo que no tiene por dónde hablar bien; eso sería mentir y eso también engordaría a la efluvia. Es simplemente, que cuando nos demos cuenta que estamos pensando una barbaridad del gobernante, nos vayamos al polo opuesto y pensemos algo maravilloso de nuestro país y de nuestra gente.
El domingo, todos debemos ir a votar. Con armonía. Pensando y sintiendo alegría, pues la LUZ siempre vence a la oscuridad. Yo voy a ir a votar y sé muy bien a quién NO le voy a dar mi voto.
Vaya usted también, pero feliz, sin presentimientos ni temores. El temor NO lo lleva a ninguna parte.
Dios y Su LUZ SIEMPRE vencen y están dentro de NOsotros.
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